Mi cuerpo y mis sueños

A gatas sobre esta gélida cama, siento el dolor sobre mi cuerpo. No quiero mirar, no deseo sentir nada. Pienso en mi hija. Recuerdo el día en que la dejé en Caracas, enferma.

– Mamá conseguirá el dinero para tu tratamiento…

– Mamá te quiere…

¡Mi hija!

Una lágrima resbala por mi mejilla hasta los labios, la siento salada. Dolor salado.

De pronto, un grito sacude mi mente. Él me increpa. Dice que soy fría, que no le gusto.

– ¡Muévete!

Me chilla y golpea.

Le miro, de rodillas sobre esta cama. Él, observa mis lágrimas. Su mirada de odio y repugnancia me congela. Lanza con desgana mi delgado cuerpo lejos de él. Abre la puerta y grita:

– ¡Búscame a otra!

15 minutos, una eternidad y una vergüenza. En mi bolsillo, 15 euros. Eso valen esta noche mi cuerpo y mis sueños.

Mararia.