La luchadora

Me dijo que no y me dolió en el alma. Le llevaba un proyectazo y lo desechó. Después me enteré que se reía de mí con sus amigos. Propuse invertir en la creación de un área multidisciplinar que estudiase la pobreza con las bases de datos que durante décadas construí. Se lo presenté y me rechazó. Quizá le influenció mi condición de mujer. Pasaron diez años, el cáncer no paró el desarrollo de mis ideas, y seguí hasta que el tiempo acomodó las cosas. Las autoridades cambiaron, fui escuchada y armamos un equipo de trabajo multinivel. Hoy trabajamos interconectadas, aportando datos y vinculándolos para entender fenómenos complejos. Valió la pena esperar, ser fiel a mis ideas, el tiempo me dio la razón.

Jerry