La fuente misma originaria de la vida

Un adolescente preguntó a su abuelo:

—Abuelo, tú qué has vivido tanto ¿Cómo crees que podemos salvar al mundo de nosotros mismos, los seres humanos?

Luego de una pausa, en la cual el abuelo puso un gesto reflexivo, respondió lo siguiente:

—¡Um! Yo diría que tendríamos que empezar por lograr el respeto absoluto por la mujer, porque si somos incapaces de proteger a la fuente misma originaria de la vida de nuestra propia especie ¿Cómo podríamos siquiera pensar en salvar, a cualquier otro ser vivo diferente a nosotros mismos?

—Entiendo abuelo— respondió el adolescente para luego agregar con mucha sabiduría —Respetar a la mujer es cuestión que va más allá de hacerlo porque lo merecen, es fundamental para el respeto mismo por la vida—.

La Tortuga Literaria