La causa

La causa no era su vestido, ni su falda, ni su camiseta, ni su chándal. Tampoco era su coleta, ni sus trenzas, ni su pelo corto. La causa era él. Ella no quería sentir miedo, ni quería correr, ni llamar a sus amigas en la madrugada, ni agarrar las llaves como si le fuera la vida en ello, lo cual en aquel momento era cierto.

Arksi