Historias que sonaban a cuento

Estaban esperándole, estaba seguro. No irían a ninguna parte sin él. -¿Sabéis qué descubrí ayer?-preguntó, entrando en el círculo, sin importarle interrumpir la conversación anterior-La historia de la Bella Durmiente no es como la hizo Disney. En la historia real un viejo la viola mientras duerme, se queda embarazada y es su hijo recién nacido quien la despierta. Eso sí es una pasada ¿eh? No estaba segura de si notaba las similitudes entre nuestra historia y la que acababa de contar. Yo también estuve dormida. Yo también desperté en medio de una pesadilla. Yo también salí adelante. Entonces él reparó en mí, sentada justo en frente. Supo que había escuchado todo lo que acababa de decir, hasta yo notaba el gesto de desprecio que se había dibujado en mi rostro con cada palabra que salía de su boca. Vi cómo apretaba los puños y supe de seguro que la sangre le hervía en las venas mientras rememoraba, como yo, el mismísimo instante en el que terminé con aquel infierno: “¡No me controlarás nunca más!”. En el pasado yo fui la mayor de sus seguidoras, la más dócil, la más fiel. Ahora simplemente me levanté, le di la espalda y me alejé. Muy recta, muy digna, muy segura… muy libre.

Eidan.