Abrazada a la Luna

Las sombras de la noche un ahogado llanto ocultan y, un desgarrador grito en silencio pide ayuda. Su alma trémula tan cerca ve la muerte, incluso siente su aliento que al oído le susurra, le impregna de horror su nauseabundo aroma que repugna.
Pero al fin un profundo sueño su espíritu inunda.
¡Siente la libertad, subiendo hasta la luna!
No quiere regresar, pero los rayos del sol pronto despuntan.
¡No! Grita.
Ruega que pronto las tinieblas con su manto la cubran y poder acariciar la libertad, volar sin ataduras, que las estrellas le sequen las lágrimas que su triste rostro surcan.
El sol la desnuda, por eso busca la oscuridad, porque en ella su dolor oculta y una dulce calma la acuna, feliz ella se siente allí, abrazada a la luna.

SORELIS