El pasado mes de septiembre se publicó el informe ‘Barómetro Juventud y Género 2021. Identidades, representaciones y experiencias en una realidad social compleja‘ llevado a cabo por el Centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud junto con la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD).
Las alumnas y los alumnos del ciclo de FP sobre Promoción de la Igualdad de Género del IES Al-Qázeres en Cáceres (Extremadura) debatieron sobre los resultados y los datos obtenidos de este informe con El Periódico Extremadura.
El estudio muestra un desigual avance de la percepción de la violencia de género entre chicas y chicos. Por un lado, un 20% de los hombres entre 15 y 29 años niega que la violencia de género exista y 1 de cada 10 hombres jóvenes rechaza que haya desigualdades de género en España. Por otro lado, las chicas son cada vez más conscientes del problema que supone la violencia de género -un 74% en 2021 considera que es grave, mientras que era un 72% en 2019- y, además, 7 de cada 10 mujeres jóvenes considera que las desigualdades de género son elevadas en España.
La explicación que aporta Ángel Parra, alumno, a este hecho es que «falta mucha empatía con la violencia de género. Hay chicos para los que, como no les sucede a ellos, no existe el problema; como no sienten esa desigualdad, no se sensibilizan con ella«. El resto de compañeras de Ángel están de acuerdo con lo que dice.
El conjunto de la clase cree que el discurso negacionista de la violencia de género ya existía, pero ahora este discurso está legitimado con el auge de la extrema derecha. «Este discurso está respaldado políticamente ahora y ya no temen salir a decirlo.»
A partir de los datos, las alumnas y alumnos también concluyen que la sociedad peca de pasar de puntillas por los casos de abuso o violencia que se denuncian públicamente y ponen unos cuantos ejemplos al respecto. «Recuerdo el caso del tiktoker Naim Darrechi, con millones de seguidores y que dijo que engañaba a las chicas para tener sexo sin protección. Hubo cierto revuelo y al final no pasó nada, siguió con su canal llegando a muchos chicos y chicas, incluso menores de edad» señala Ángel Parra. «No es la primera vez que se legitima la violencia sexual» destaca Andrea Manzano. Esta alumna recuerda el caso del futbolista Rubén Castro, denunciado por violencia de género y absuelto por el juez, y los cánticos de la afición del Betis haciendo apología de la violencia machista desde la grada. También tiene presente el caso de Plácido Domingo, a quien se ha aplaudido en muchas ciudades al acabar sus conciertos tras conocer que ha sido acusado de abuso por varias mujeres.
«Si legitimamos todo eso, el trabajo que vamos a tener todos nosotros por delante es muy complicado» afirma Andrea Manzano reflexionando sobre el futuro que les espera. De la misma manera, Elena Gutiérrez apunta que «como promotores de igualdad queremos que la situación cambie, pero es complicado si los que serán los padres del futuro, hoy niegan la existencia de la violencia machista o no le dan importancia«.
Ellas lo tienen claro, pero son conscientes del papel importante que posee el círculo más cercano, como la familia y las amistades, que no siempre reacciona de la manera más adecuada ante esta problemática. «Aún hay muchas casas en las que no se habla de la violencia de género, o lo hablan pero no apoyan a la víctima, o peor aún, la revictimizan haciéndole sentirse culpable por algo de lo que solo es responsable el agresor. El agresor sabe lo que está haciendo y lo que hace lo hace de manera consciente» dice Elena Gutiérrez.
Respecto a esto último, la alumna Fátima Zahara Mahdoub comparte un caso real de una amiga suya de Badajoz que «me contó que vio que la seguían con un coche al volver a casa una noche que había salido. Al día siguiente se lo contó a su padre y a su novio y la respuesta de los dos fue que no hubiera salido, que qué hacía a esas horas en la calle y que si hubiera estado en casa, eso no habría pasado. Al final ella parece tener que sentirse culpable de algo de lo que en realidad no tiene culpa».
Este testimonio es solamente una muestra de la realidad que viven todavía muchas adolescentes y jóvenes. Una realidad que evidencia todo el trabajo que queda por hacer en una sociedad que sigue culpando a la persona acosada -mayoritariamente, una mujer- de una conducta como el acoso sexual callejero, donde el único responsable es la persona que acosa o agrede -mayoritariamente, un hombre-.
«Falta mucho trabajo con jóvenes y adolescentes, y faltan estrategias desde la pedagogía, porque estamos a años luz de que la violencia machista pase a ser un problema minoritario o más pequeño. La violencia machista existe, pero es cierto que la percepción varía dependiendo del círculo con el que hables y ahí la educación tiene un papel esencial.» Olga Tostado, educadora social y presidenta del Consejo de la Juventud de Extremadura
Para más información consulta los siguientes enlaces:
- El Periódico Extremadura
- Observatorio de Violencia: La juventud es cada vez más feminista, pero aún hay retos a abordar
- Observatorio de Violencia: La evolución del negacionismo de la violencia de género a partir del estallido de la pandemia
- Observatorio de Violencia: StandUp contra el acoso callejero
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