Este artículo forma parte de la Campaña realizada en torno al día 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia en el marco del proyecto “Banco de Buenas Prácticas para la prevención de la Violencia de Género y Educar en Igualdad, hacia un voluntariado 2.0 por el Buen Trato”, con la financiación del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social a través del IRPF “OTROS FINES DE INTERÉS SOCIAL”.
Cada 11 de febrero desde el 2015, se conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, con el fin de no olvidar el papel fundamental que desempeñan las niñas y mujeres en la ciencia y tecnología a nivel mundial.
En España todavía se mantiene el techo de cristal en la investigación, ya que solo un 21% de mujeres ocupan cátedras universitarias y solo un 25% pertenece al profesorado investigador, afirma el informe Científicas en Cifras 2017, elaborado por la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT).
A continuación presentamos dos perfiles de científicas que han logrado destacar a su corta edad, y cuya trayectoria profesional puede ser fácilmente inspiradora para otras niñas en relación a estudiar una carrera científica.
Isabel Cerro Pardo (Madrid, 1996)
Con matrícula de honor, terminó bachillerato en ciencia y tecnología, y estudió Bioquímica en la Universidad Complutense de Madrid. Terminó su Máster de Excelencia en Biomedicina Molecular por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), y realizó su primera publicación científica en ¨Leucemia Linfática Crónica».
Su experiencia y prácticas salieron de dos laboratorios de investigación en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Actualmente realiza su Doctorado en el programa de Biociencias Moleculares de la Universidad Autónoma de Madrid, invirtiendo su tiempo y dedicación en el laboratorio de Patología Vascular del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, sin dejar a un lado su tesis doctoral en el prestigioso Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).
Su objetivo primordial es la búsqueda de nuevos biomarcadores útiles para el diagnóstico y/o tratamiento de la aterosclerosis y el aneurisma de aorta abdominal; dos enfermedades cardiovasculares complejas, con gran morbilidad y mortalidad que afecta a nuestra población.
Para Isabel no hay limitaciones, desde pequeña ha sentido una vocación inmensa por la ciencia y la investigación. A pesar de reconocer el esfuerzo y sacrificio que conlleva su carrera como científica, le llena la satisfacción contribuir y mejorar la calidad de vida las personas que padecen estas enfermedades en España. Y es que, a nivel mundial, menos del 30% de las personas que se dedican a la investigación científica son mujeres, y solo el 35% de las alumnas universitarias estudian una carrera relacionada con las Ciencias, según la UNESCO.
Maritza Soto (Chile, 1990)
Con buenas notas en matemáticas y física, desde niña soñaba con el espacio mirando imágenes de planetas y estrellas. A los 14 años su familia observó que el entusiasmo de Maritza por ser astrónoma era real. Entró a la Universidad de Chile, donde su principal interés fue la detección de planetas utilizando datos de estrellas. Era estudiante del Doctorado en Ciencias con mención en Astronomía de la misma universidad, y cuando estaba investigando para su tesis “Detección y caracterización de sistemas planetarios y estelares simples y dobles” –con 25 años- encontró su primer exoplaneta: HD 110014c.
La Real Sociedad Astronómica de Londres publicó su estudio y Maritza pasó a ser conocida en la Astronomía internacional. Los descubrimientos hacen este trabajo muy interesante, pero tras las primeras veces, ya se hace más duro. «Los planetas son muy débiles comparados con las estrellas y se tienen que utilizar métodos indirectos para detectarlos. Yo analicé los datos que se habían tomado durante años para confirmar el primer planeta y descubrí el segundo«.
Hoy Maritza se encuentra viviendo en Londres, donde está haciendo un postdoctorado en la Universidad Queen Mary. Nunca ha tenido problemas para estar integrada como científica y, aunque nunca nadie le dijo que no podía hacerlo y la tasa de hombres que entran y salen de estudios de astronomía es muy similar a la de mujeres; son pocas las mujeres que se atreven a continuar. Ella considera que es importante que las niñas se atrevan si les gusta la ciencia.
Según diversos estudios, hay maneras de propiciar que más chicas se interesen por estudiar Ciencias: fomentar que confíen en sus competencias científico-tecnológicas, así como proporcionarles experiencias didácticas y referentes femeninos, como Isabel o Maritza, jóvenes que poseen una trayectoria profesional destacada en su juventud. Para favorecer la presencia de referentes, te invitamos a conocer otras científicas españolas, que inspiran a estudiar carreras STEAM.
Para más información consulta los siguientes enlaces:
Recuerda que en www.educarenigualdad.org puedes encontrar herramientas didácticas y materiales de apoyo para implementar la práctica coeducadora en los diversos ámbitos educativos, especialmente en los Centros educativos.
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