Este artículo forma parte de la Campaña realizada en torno al día 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia en el marco del proyecto “Banco de Buenas Prácticas para la prevención de la Violencia de Género y Educar en Igualdad, hacia un voluntariado 2.0 por el Buen Trato”, con la financiación del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social a través del IRPF “OTROS FINES DE INTERÉS SOCIAL”.
Mañana, 11 de febrero, se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, desde que la Asamblea General de las Naciones Unidas lo proclamó en 2015. Fundación Mujeres se suma a este Día Internacional que tiene como finalidad lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, además de promover el 5º Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS): la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas.
Desde edades tempranas, las niñas son orientadas hacia temáticas alejadas de la ciencia y la tecnología y, frecuentemente, escuchan frases como las que se mencionan en el vídeo, que minan su autoestima y autoeficacia -confianza en la capacidad propia de lograr lo que se pretende-.
Incluso cuando tienen buenos resultados educativos en estas materias, manifiestan menos seguridad en sí mismas que los chicos para desempeñarlas. Así, escogen en menor medida carreras STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas, por sus siglas en inglés). Como consecuencia, hay menos mujeres formadas que puedan insertarse en el mercado laboral científico y tecnológico, y se pierde el talento de las mujeres.
Las mujeres en la historia han desempeñado un papel fundamental, también en la ciencia; aunque este haya sido invisibilizado y acallado. No pocas veces, debían hacerse pasar por hombres o veían cómo compañeros y familiares masculinos se acreditaban sus descubrimientos y avances. Es el Efecto Matilda del que hace poco os hablábamos, y ante el que la AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas) puso en marcha la iniciativa #NoMoreMatildas. Y es que, ¿cómo habría sido la vida de Schrödinger, Fleming o Einstein si hubiera sido una mujer?
Asimismo, las niñas y adolescentes carecen de referentes. Tanto es así, que la presencia de mujeres en los materiales educativos, se reduce al 7,6% (“Análisis de la ausencia de las mujeres en los manuales de la ESO. Una genealogía de conocimiento ocultada“. 2014, Ana López Navajas).
Sin embargo, el esfuerzo y trabajo de todas las mujeres que hicieron Historia en la ciencia y la tecnología, sigue siendo una inspiración para las futuras generaciones, como también lo son las mujeres que hoy en día rompen los techos de la sociedad, y todas aquellas mujeres que dan visibilidad a las anteriores: las científicas de ayer y de hoy.
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Recuerda que en www.educarenigualdad.org puedes encontrar herramientas didácticas y materiales de apoyo para implementar la práctica coeducadora en los diversos ámbitos educativos, especialmente en los Centros educativos.
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