La escuela es el primer espacio donde niñas y niños comienzan sus procesos de integración fuera de sus entornos familiares. Es el primer momento donde aprenden las dinámicas de socialización con sus iguales. Durante la infancia los aprendizajes se basan en procesos de imitación, que les lleva a replicar comportamientos que perciben en su entorno. Los aprendizajes por imitación en muchas ocasiones reproducen ideas estereotipadas propias de un sexo o de otro. Esto implica una asimilación de los roles de género desde edades tempranas.
Entornos escolares y reproducción de estereotipos.
Unos de los espacios más importantes en los centros educativos, es el patio de recreo. Allí los y las estudiantes disfrutan de un momento de ocio libre, sin supervisión directa del equipo docente. El patio de recreo es un entorno que permite a alumnas y alumnos relacionarse y comunicarse de diversas formas. Este entorno se convierte en un perfecto caldo de cultivo para la proliferación de roles de género, y la socialización en condiciones de desigualdad entre niños y niñas.
Hace unos días el Psicólogo Alberto Soler, realizó una reflexión acerca de la desigualdad que se da en la ocupación de los patios escolares entre niños y niñas. El Psicólogo, hace eco del trabajo de un estudio de arquitectura polaco, que aborda la necesidad de crear patios coeducativos con el fin de eliminar la desigualdad entre hombres y mujeres desde edades tempranas. Este estudio publicó en sus redes la recopilación de datos de una investigación de dos años en dos centros educativos de Cataluña.
Tras observar los movimientos que realizaban niños y niñas en el patio de recreo, obtuvieron varias conclusiones. Por un lado, “los niños físicamente activos y fuertes, ocupan el centro de los patios (niños azules). Por otro lado, el espacio para las trayectorias de niñas (involuntariamente) menos activas se queda en las periferias (niñas rojas). Esto se vuelve aún más evidente en los espacios al aire libre, cuyos diseños están «centrados en el fútbol”. En consecuencia, los espacios de aparente tránsito libre y disfrute, reproducen una vez más no solo desigualdades, sino que a su vez reiteran roles de género, con una desventaja para las niñas.
¿Qué dicen las investigaciones?
La problemática que plantea Soler, no es algo actual. Ya en el 2010, Amparo Tomé y Marina Subirats publicaron el libro “Balones fuera”. En el desarrollan un estudio sobre la ocupación de los espacios, y las relaciones de poder en las escuelas. Una reflexión acerca de la importancia de la construcción de co-espacios que busquen la igualdad en el disfrute de los entornos entre niñas y niños. El objetivo de las autoras, es que las relaciones de poder que se den allí, no perpetúen de ninguna forma los roles de género y actividades estereotipadas, sino que sean espacios de disfrute conjunto.
Sumado a esto, Florencia Finger Chouhy, publicó en el 2020 un artículo titulado, “Apropiación del patio escolar: la titulación cambiante”. Con el que analizó la ocupación de los patios de recreo, visibilizando la problemática de la ocupación desigual. La investigación cuenta con una solución de disfrute propuesta por niños y niñas sobre la distribución física (cancha-no cancha), y el uso de la misma. Una propuesta que hace énfasis en la reutilización del patio, basada en darle cabida a grupos de diferentes edades, grados escolares, y a su vez, la designación de espacios para el desarrollo de diversas actividades.
La eliminación de la desigualdad sexual y de la violencia de género pasa por una educación con perspectiva de género. Si desde edades tempranas se busca que niños y niñas sean conscientes de la importancia de compartir los espacios de forma equitativa, sería un camino ganado en la lucha por la eliminación de las desigualdades. Sin embargo, aún falta conciencia acerca de la importancia que tiene la educación para erradicar los problemas relacionados con las brechas de género.
Actualmente existen currículos de formación docente, y de alumnado sin contenidos coeducativos. Lo anterior impide un acercamiento a las problemáticas a solucionar, haciendo más difícil el camino hacía una igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres. De esta manera, es importante realizar revisiones de planes de estudio en las edades tempranas, y desde allí comenzar a trabajar en procesos de toma de conciencia activa por parte de niños y niñas.
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