Las niñas de todo el mundo siguen teniendo que hacer frente a diferentes barreras para acceder a la escuela. Una de ellas, es la menstruación. Pese a ser un proceso natural que afecta a más de la mitad de la población mundial, el periodo continúa siendo un tema tabú en muchos países. Se estima que las niñas faltan a la escuela una media de 24 días al año debido a su menstruación, en países como Uganda o Indonesia.
Problemáticas que interfieren
Diferentes estudios han identificado cuatro problemas principales: la falta de información, los sentimientos de vergüenza o el tabú en torno a la menstruación, el bullying y/o violencia hacia las niñas y la dificultad de acceso a servicios y productos de salud menstrual.
Al considerarse un tema tabú en muchas sociedades, las niñas se enfrentan a sus primeras menstruaciones sin ningún tipo de información. En muchas ocasiones, tanto ellas como sus compañeros, piensan que el periodo es una enfermedad que afecta a las mujeres de su comunidad. Este tipo de mitos, refuerza la idea de que durante la menstruación, las mujeres no deben de ocupar el espacio público.
El desconocimiento y la desinformación de la población, alienta de manera constante que las niñas se sientan avergonzadas y falten a las escuelas cuando están menstruando. Sumado a esto, muchas de las escuelas a las que las niñas acuden, no cuentan con servicios limpios, lo que acaba propiciando el absentismo de las jóvenes durante los días del periodo.
A mayores, muchas niñas de todo el mundo tienen que hacer frente a lo que se conoce como «pobreza menstrual«, es decir, no poder adquirir productos de higiene menstrual como compresas, tampones o copas, debido a sus elevados precios. Esta problemática, no sólo afecta a países en desarrollo, sino que sigue siendo una cuestión que afecta a niñas y jóvenes con bajos ingresos de todo el mundo.
Ya sea por un problema de acceso o, por una cuestión económica, la pobreza menstrual sigue siendo una de las principales razones por las que las niñas y jóvenes se ausentan de las clases durante los días del periodo.
Algunas iniciativas
Ante estas problemáticas que hacen que las niñas se sigan ausentando de las escuelas, surgen iniciativas tanto de la sociedad civil como de entidades locales que están trabajando para normalizar la menstruación en diferentes territorios, garantizando el acceso de las niñas a las escuelas.
La organización Zana África, se dedica a repartir compresas a las niñas y jóvenes de Kenia, en donde dos de cada tres jóvenes no pueden acceder a estos productos. Además, intentan concienciar y formar a la población sobre salud menstrual.
Otra iniciativa que surge desde la población civil es BeGirl. Su impulsora, Diana Sierra, se quedó sorprendida cuando vio que las niñas de Uganda dejaban de acudir a la escuela cuando tenían la regla. A partir de aquí, comenzó esta iniciativa de crear productos menstruales sostenibles y repartirlos en países como Mozambique, Ghana o Kenia. Además, también imparten formación a los/as jóvenes en salud sexual y reproductiva, con el objetivo de que las niñas no se sientan avergonzadas sobre sus periodos y no dejen de acudir a la escuela.
A mayores de estas iniciativas que surgen de la población civil, algunas organizaciones no gubernamentales también están trabajando sobre esta problemática en diferentes territorios. Un ejemplo de esto, es el Servicio Jesuita de Refugiados, que proporciona productos de higiene menstrual, construye y mantiene instalaciones aptas en las escuelas y fomenta la educación sobre salud menstrual para acabar con el estigma de esta.
Todavía, la menstruación es considerada como un tabú en muchas sociedades y la pobreza menstrual sigue afectando a niñas de todo el mundo. Desde la campaña #PorElFuturoDeLasNiñasFM queremos concienciar sobre las barreras que las niñas se encuentran en el acceso a la educación.
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Esta actividad forma parte de la campaña de activismo que se lleva a cabo con motivo del día 11 de octubre, Día Internacional de la Niña, en el marco del “Programa para Educar en Igualdad y Prevenir la Violencia de Género. Hacia un voluntariado por el Buen Trato” de Fundación Mujeres, con la financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 a través de las Subvenciones del 0,7 a actividades de interés social.