Por Esther Carpintero – Alumna en prácticas de Fundación Mujeres
Las sociedades democráticas tienen un factor común: la igualdad entre la ciudadanía. Este es un principio básico que concierne a todas las personas y en todos los ámbitos, tanto públicos como privados. Una de estas áreas públicas es el voluntariado, en el que participan mujeres y hombres.
En España, contamos con una alta tasa de feminización del voluntariado, siendo las mujeres las que más colaboran como voluntarias. Ellas realizan en mayor medida acciones sociales que están vinculadas con los cuidados, el acompañamiento a personas vulnerables y, además, aquellas relacionadas con ámbito doméstico, sociosanitario y educativo. Los hombres, sin embargo, participan mayoritariamente en actividades de carácter reivindicativo o relacionadas con el deporte y la protección civil. Esto es debido a que las mujeres desarrollan a edades más tempranas un mayor compromiso social que los hombres en relación a la carga de cuidados.
Se fija así el perfil de la persona voluntaria como una mujer de entre 25 y 45 años, sin hijos/as ni dependientes a su cargo, residente en una población mediana o en una ciudad, generalmente con estudios de nivel alto y que trabaja. Además, en los últimos años se está dando un incremento de mujeres voluntarias menores de entre 18 y 25 años.
Esta diferenciación de voluntariado entre hombres y mujeres se produce por los roles de género asociados al voluntariado y que provienen de los roles de género sociales y culturales. El voluntariado es una obra altruista que las mujeres realizan debido al papel asistencial inculcado por la sociedad, siendo ellas las que realizan más actividades relacionadas con el ámbito doméstico, de cuidados y privado, obteniendo menos visibilidad en las acciones voluntarias.
El voluntariado está feminizado debido, además, a que no posee un carácter productivo. En este sentido, al ser un trabajo no remunerado, obtiene menor valor social y se encuentra ligado al ámbito privado y doméstico, como el trabajo de cuidados no remunerado que realizan en su gran mayoría mujeres amas de casa.
Para asegurar una participación del voluntariado no sesgada por estereotipos de género y ofrecer las mismas oportunidades a hombres y mujeres, se recogen una serie de reglas a implementar en las organizaciones y entidades:
- Identificar posibles brechas de género en el voluntariado.
- Tener pautas y criterios para promover la igualdad de género en la gestión del voluntariado.
La sensibilización y transmisión de valores de igualdad y equidad son imprescindibles para que tanto las personas voluntarias se sientan en igualdad de condiciones como para la forma interna de relacionarse en la entidad. Así, se muestra respeto por las personas voluntarias dentro de la organización y se fomenta la transmisión de estos valores a la sociedad a través del voluntariado. Por este motivo, se debe mantener una buena comunicación, cuidando lo que se transmite sin sesgos de género.
Tener en cuenta la atribución y distribución de tareas y responsabilidades en la organización, ayuda a que no se reproduzca la segregación ocupacional por sexo dentro de la acción voluntaria. Se debe poner el foco de atención en el análisis del voluntariado desde una perspectiva de género, contando con un Plan de Igualdad. Además, corregir las desigualdades detectadas tanto dentro de la organización o entidad, como en las actividades realizadas, ayuda a la prevención y reducción de sesgos de género a nivel social.
Paralelamente, la formación del voluntariado en perspectiva de género supone una oportunidad para la mejora de los servicios y la atención a la sociedad, además de un crecimiento personal para las personas que realizan la acción social.
Las mujeres y los hombres deben tener en todas las sociedades y culturas, el derecho garantizado y efectivo de igualdad y equidad. Por eso, desde el voluntariado como acceso a un espacio de participación público, se debe propiciar un entorno seguro y respetuoso para las personas, fomentando la igualdad tanto a nivel interno como social.
Para más información consulta los siguientes enlaces:
Esta actividad forma parte de la campaña de activismo que se lleva a cabo con motivo del día 11 de octubre, Día Internacional del Voluntariado, en el marco del “Programa para Educar en Igualdad y Prevenir la Violencia de Género. Hacia un voluntariado por el Buen Trato” de Fundación Mujeres, con la financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 a través de las Subvenciones del 0,7 a actividades de interés social.