Esta publicación forma parte de la campaña de activismo que se lleva a cabo con motivo del día 25 de noviembre, Día para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en el marco del proyecto “Educar en Igualdad Extremadura”, un programa de Fundación Mujeres desarrollado gracias a los Fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género con cargo a los créditos recibidos por el Ministerio de Igualdad. Secretaría de Estado de Igualdad. Subvencionado por la Consejería de Igualdad y Portavocía de la Junta de Extremadura. SINCO/2021/0000002836
Artículo de opinión por Pedro José Ramis – Equipo de voluntariado del Observatorio de Violencia
El sistema educativo actual, con el currículo que se sigue hoy en día, carece de una directa referencia a la violencia de género, de una dedicación especifica a la explicación pormenorizada de lo que representa, de sus causas y consecuencias directas en el alumnado; sin una referencia clara, sin un tiempo asignado para su exposición, dejando en manos del alumnado su conocimiento y asimilación y dando lugar a un criterio personal, sin normas, ni razonamiento y, lo que es peor sin dar a conocer la importancia social que tiene su pervivencia y reiteración.
Es necesario incorporar la violencia de género dentro del currículo escolar, dedicarle un tiempo por parte del profesorado en vistas a evitar que su desconocimiento sea constitutivo de falsas creencias que fomenten la asimilación de las normas del sistema patriarcal y que se valide lo que aparece en los medios de comunicación.
Partimos de que la violencia de género es una grave problemática social que tiene como víctima directa a la mujer, pero también a la infancia. En los primeros años de enseñanza radica la semilla del cambio social, la infancia es como una esponja que absorbe todo lo que ve y oye, al estar abierta a los conocimientos y con la necesidad de comenzar a crear una futura imagen. Es por ello que la coeducación debe realizarse desde las edades más tempranas.
Si, esperamos a llegar al Bachillerato, habremos cometido el error de no dar a conocer la violencia de género adecuadamente, con una población adolescente y joven que ya habrá incorporado en su comportamiento los roles de género o los mitos de amor romántico, los cuales favorecen la aparición de relaciones de violencia. Igualmente, aunque estas cuestiones estén arraigadas en los y las adolescentes y jóvenes de hoy en día, es necesario continuar con la labor en el terreno de explicar, dar a conocer modelos diferentes y facilitar alternativas de conducta basadas en el Buen Trato.
La violencia de género se vive, se sufre y deja secuelas, tanto a nivel personal como social. Repercute directamente en la infancia y adolescencia, tanto por sus consecuencias directas como indirectas. Tanto por lo que se vive, como por lo que se sufre. Siendo víctima en todos los casos de su existencia. Bien merece que el sistema educativo tome constancia de que la violencia de género debe desaparecer de nuestra sociedad, tiene que dejar de ser la herramienta ideal del hombre para defender su supremacía sobre la mujer.
Un sistema educativo sin visión social real de lo que sucede en todos los ámbitos, está falto de un aprendizaje en todos sus niveles, empezando por la educación que se da al alumnado a lo largo de todo su camino dentro del sistema escolar.
Afortunadamente de cada vez son más las instituciones que toman en serio esta problemática y editan guías de información, comportamiento y, caminos de solución para este problema. Incluso en algunas universidades ya ponen en marcha programas de aprendizaje del profesorado, iniciando con ello el camino a la solución.
1Recuerda que en www.educarenigualdad.org puedes encontrar herramientas didácticas y materiales de apoyo para implementar la práctica coeducadora en los diversos ámbitos educativos, especialmente en los Centros educativos.
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