¡Requiere de conversión!, todos/as formamos parte de esta canción.

Hoy me gustaría que dejaran de escuchar sus músicas para que escucharan la música que suena y retumba ahí fuera. Es algo desagradable, mucho más que la que suena en sus oídos a primera hora de la mañana en el metro… pero si son capaces de mantenerla a esas horas y en esos niveles, creo que ésta también la pueden percibir. La diferencia de esta música es que no permite que se pase de canción, ¡se tiene que oír!, y créanme es malsonante, incómoda e insoportable. Algunos/as la escuchamos y la sentimos desde hace rato y luchamos por dejar que ésta suene, pues es dañina potencialmente, no sólo para los oídos. Hay que oírla para saber que existe y hacerle frente, no nos vale con bajar el volumen, hay que eliminarla de nuestra lista de reproducciones, todos/as debemos de sentirnos responsables de su eliminación, para así dar paso a una nueva canción, creada desde la armonía, con una suave melodía que invite a quedarse en cualquier estación de metro y del año.

Libélula