Para ser bella hay que ver estrellas

Me hubiese gustado que esa frase se estuviese destinada a sembrar en las niñas ideas de ser astronautas y conquistar el universo no necesariamente siendo misses. Que impulsara a ir más allá de las estrellas no por el dolor que implica modificarnos físicamente, sino por la imaginación y creatividad que el cielo estrellado conlleva.
Deberíamos imaginarnos como El Principito, visitar otros planetas y conquistar lo esencial que es invisible a los ojos. Para ser bella hay que ver estrellas, debería significar luchar por nuestros sueños, imaginarnos dueñas de nuestro cielo.
No debería justificar la violencia mediática y simbólica ejercida en contra de nuestros propios cuerpos. No debería atacarnos emocionalmente, no debería ser una frase cliché que sale de boca de la gente.
Tal frase normaliza la prostitución en los concursos de belleza, parece maquiavélica, una adaptación sutil de que el fin justifica los medios. ¿Por qué sistematizas la violencia a costa de algo que quieres que yo sea sin preguntarme si lo quiero ser? ¿Quien amo me debe maltratar?
No hablo de alguien más. Quien ama no maltrata y yo me he decidido amar.

Chechelamari