No volveré a decir nada

A Graciela la violó su tío paterno cuando tenía ocho años; y no dijo nada.
A Graciela la violó y la encerró su novio cuando tenía diecisiete años, porque según los vecinos, no tenía cuerpo de mocita; y no dijo nada.
A Graciela la casaron para tapar la deshonra, y no dijo nada.
Graciela tiene cuarenta y dos años y una niña de tres. Su tercer marido la maltrata, y no dice nada.
Este verano se fue a su país a tomar una decisión. Allá, su tío materno el pequeño, que era como su hermano, intentó abusarla mientras dormía; y no dijo nada.
En el vuelo de regreso Graciela tomó una decisión: hablar.
Denunció a su marido. Le absolvieron. Él volvió a casa, ganador.
La abogada le habló de divorcio contencioso y de régimen de visitas.
Pero Graciela tomó la última decisión: no volver a decir nada. Porque ni un solo instante dejará a su hija a solas con un hombre.

(Basado en una historia demasiado real)

Luna de Abril