Neruda

Hola, mamá. Ayer se cumplieron tres años desde que me fui de casa. Sigo acordándome de ti a todas horas. El otro día, pasé por delante del primer cine al que fuimos en Madrid. Ahora es un Zara de tres plantas.

Sigo tomando roncola cuando salgo de fiesta los jueves, porque me recuerda a ti. La última vez conocí a un chico muy parecido a papá. Moreno, altísimo y con esa sonrisa que te volvía loca, ¿te acuerdas?

Se parecía tanto que casi me dolía. Cuando quise volver con mis amigos, puso la misma cara que ponía papá cuando llegabas tarde a casa porque te habías entretenido con tía Marta, o cuando te apetecía maquillarte solo para bajar a comprar el pan. Como se parecía tanto a papá, ya sabía lo que venía después.

Si hubiera podido hablar, solo hubiera gritado tu nombre. Nunca te he necesitado tanto. Como cuando, después de uno de esos días, todavía eras capaz de venir a mi cama a darme un beso de buenas noches. Creo que fue Neruda el que dijo que “en un beso, sabrás todo lo que he callado”. Aunque nunca me he sentido más lejos de la poesía.

Hay oferta en los billetes de AVE. Podría ir a pasar unos días contigo. Tal vez, podríamos ir a un cine que todavía no sea un Zara.

Lisístrata