La Bestia

Sucia y perversa mente la suya, hizo que mi cuerpo dejara de ser un lienzo para convertirse en una mera foto en la morgue.
La melodía de mis latidos la convirtió en silencio sepulcral.
Que ruin y bastardo era su orgullo.
Mi alter ego quería destruirlo, yo solo pude gritar.
Nadie me creyó, ahora todos lloran su hazaña bestial.
Siempre tendrá en mente la frase que le decía sin parar:
“Algún día ni tú mismo te vas a poder controlar”.

CesarVagace