¿Hasta cuándo?

Veía cómo los seres humanos se deslizaban por las paredes y había mucha sangre de inocentes.
Me acerqué a uno de los charcos de sangre y vi los rostros de millones de mujeres de todas las edades, culturas y razas del mundo. Estaban aquellas que aunque no estaban muertas, lo parecían; soportando bombas de agresiones, insultos, miradas procaces, violaciones, indiferencias, esterilizaciones forzadas. De represiones, malos tratos, ablaciones asesinas, cuerpos encerrados y tapados, analfabetismo, soledad, dolor, enfermedades, indiferencia, racismo, intolerancias.
Había que hacer algo. Quien sabe hasta cuándo lo soportaríamos. Lancé una flecha al infinito con miles de ruegos.
Esperé… Y esperé. Se tardaba mucho la respuesta en volver. Entonces formé un ejército de mujeres que venían de todos los confines del mundo. Mujeres de la tierra. De pronto escuchamos un grito que retumbó en nuestros oídos y corazones y que nos devolvió el aliento. YA NO MORIREMOS MAS, NUNCA MAS¡Y nos estalló en la cara como un rocío de agua, como el sol más caliente, como la luna más clara. El fuego y el aire danzaban y toda el agua del mundo nos refrescó.

La Rotunda