Enojada

Está tan enojada, que no sabe que es feliz.
Fueron muchísimos sufrimientos los que se metieron en sus recuerdos y en cada mañana las imágenes se le paseaban por enfrente de los despertares.
Recordaba su mochila de por allá por la Primaria, remendada, con parches desiguales; a su mamá le decía que necesitaba otra, que esta ya había dado de sí, pero no había dinero para comprar una nueva. Recordaba su gripe con alta temperatura y su sudor bajo las cobijas, el frío se colaba por la puerta hecha con tablas que no encajaban… sus ganas de dormir y de no ir a la escuela y los jalones de orejas para que se bañara con el agua fría, porque dinero no había para calentarla.
Y todas las mañanas recordaba el ojo moro que le había puesto el puño de quien ella amaba: Primero el descontrol, luego el pesar y días y más días de sentir la inflamación y de usar lentes oscuros para que nadie se percatara del dolor morado que se fue poniendo verde y que le dijo adiós a su matrimonio.
Por esos recuerdos está enojada y no sabe que es feliz ahora que su hijita, la tiene abrazada.
MORALEJA: Si el pasado no es feliz, el presente debe olvidarlo.

Nardo