El origen del mal

«Para suprimir la violencia de género, lo que hicimos fue cortar el mal de raíz. Tan sencillo como eso. Cuando supimos que una tribu de oriente se disponía a editar un libro escrito por varios orates que aseveraba que el primer hombre fue creado con un monigote de arcilla y un soplo divino, y que la primera mujer fue creada luego con una costilla del desventurado, nuestras amazonas volaron hacia allá en tres naves facilitadas por sus comadres de Tenochtitlán, pararon la imprenta y a muchas manos, todas ellas autorizadas, escribieron una enciclopedia con la verdad, una verdad que muta cuando lo imponen nuevos descubrimientos, pero que gira siempre sobre el mismo eje, la vida mana de un útero venturoso y feraz».
Escuchado este caso, los dignatarios de nuestro mundo no salen de su asombro. No se cortó por lo sano, es cierto, pero ya va siendo hora de comenzar.

Numenca