El anillo

Aun recuerda el día en que lo vio. Estaba reluciente, en el escaparate, detrás de un cristal ya hoy sucio y opaco por el paso del tiempo. Pasaba horas imaginando lo bella que estaría luciendo aquel anillo en su dedo. Eso era lo que decían los cuentos, no? Así le habían enseñado que acababan las historias de amor. Y ella seguía esperando que el que un día le puso otro anillo se convirtiese en alguien que ya sabía que no era, al igual que soñó con aquel precioso anillo. Pero ella aprendió que sus sueños no se cumplían, que los cuentos no siempre tenían final feliz.
Un día al pasar frente al escaparate y verse reflejada en el cristal comprendió que ya no quería anillos que la ataran ni cuentos que la ocuparan. Y desde aquel días es más LIBRE y más FELIZ.

Hipatia